Estoy cansado de un mundo que a pocas horas de volverse loco ha decidido volverse normal, cansado de la rutina de siempre, de ser... cansado de mí.

A veces preferiría no saber donde estoy o quien soy a volver a sentir según que sensaciones, más triste que el Guernica en tonos de blanco, negro y gris.... A veces preferiría que fuese suya mi guerra.

Hoy me duelen músculos del cuerpo que no sabia que existían, pero no me duele el alma llena de poemas y el corazón lleno de absurda realidad.

Ayer vi como el aire se estrellaba contra la ventana de mi habitación como el viento traía algo más que murmullos, la noche me contó entre caricias lo importante que puedes ser tú.

Cuando el verano parece ser frío lo que hace que las ganas de calor de mis manos acabarían buscando tu cuerpo.

Todas mis preguntas se perdieron un día en el mar de tranquilidad que alguien evocó, como aquella cálida tarde de verano, con dos simples palabras convirtió en ganas el tiempo y en risas todas aquellas oscuras dudas.

Al final no quedaron más que las cenizas de lo que ayer fue un fuego, al final no quedó nada se redujo hasta el aire para respirar... quedamos tumbados en aquella cama, le pregunté algo entre dientes y su repuesta fue... Claro, yo seré la calma después de tu tormenta.